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1

No esperaba que la Tostadora Russell Hobbs Luna Moonlight me saliera tan buena como me ha salido. La compré porque estaba a 29 euros. Un chollazo. Por ese precio no la dejaba en la tienda. Una vez en casa, he descubierto que tanto me vale para tostar el pan de molde como las rebanadas de pan de barra o de esos panes caseros que hace mi suegra cuando se pone en plan panadera. 


Sus prestaciones son muy buenas. Cuenta, por ejemplo, con función "levantar y ver" que permite comprobar el nivel de tueste. Mi marido está continuamente mirando como va el tostado del pan. Yo lo controlo por el tiempo. Con dos minutos tengo cualquier pan listo para servir. Esta tostadora te permite elegir entre 6 niveles de temperatura, para que consigas el tostado óptimo. Además, dispone de funciones de descongelado, con lo que podrás tostar pan congelado sin tener que esperar a que se descongele. Con esta función te ayuda a ahorrar mucho tiempo. Metes el pan congelado tal cual en la ranura, cortándolo en rebanadas previamente. 


Otra ventaja es la bandeja recogemigas extraíble en la parte inferior, lo que impide que se acumulen y puedan pegarse a las resistencias, condenando a la tostadora al fin de su vida útil antes de tiempo. Esto también facilita su limpieza. 


Os la recomiendo. Es una tostadora todoterreno. Tiene un soporte elevador para calentar panecillos o cruasanes, e incluso ese trozo de pan que te quieres comer tal cual y no en rebanadas bien cortadas. El soporte elevador no lo había visto en ninguna tostadora. Ni siquiera lo entendía. Comprendí para qué servía cuando leí el manual de instrucciones de la tostadora. En casa lo estamos usando mucho. La bollería industrial calentita está mucho más sabrosa. Como dice mi suegra, si te acostumbras a comer un bollo suizo caliente ya no lo quieres frío. 

La tostadora tiene un diseño clásico. Echo en falta dos ranuras. Me consuelo pensando que la ranura que tiene es grande. En la parte superior esta el soporte elevador para calentar la bollería del que os hablé.



2

La pizza Popeye de los Restaurantes Cambalache tiene mucho éxito en mi casa. Es una pizza que lleva espinacas, bechamel, huevo cocido picadito y queso curado bien rallado. La cantidad de espinacas que le ponen es generosa. Casi tiene tanta espinaca como las empanadas vegetales que hace mi madre. 

La base es idéntica a las bases de todas las pizzas de Cambalache: muy cocida y crujiente. Mi marido dice que todas las pizzas de Cambalache saben a Cambalache. No le falta razón. La masa le da un toque de marca. 

La pizza Popeye la venden en tres tamaños: familiar, mediana y pequeña. En casa compramos la familiar. Nos cuesta 23,10 euros. Las pizzas no son nada baratas. El tamaño pequeño no compensa comprarlo. Yo sola me como la pizza pequeña y quedo con hambre y con dolor de cabeza si pienso en los 12,70 euros que cuesta. La mediana es de 17,30 euros. 

Estos precios van a menos con las ofertas. Si te traen la pizza a casa, tienes un descuento del 75% en la segunda pizza. Yo siempre les pregunto por las ofertas de pizza a domicilio y de pizza para recoger. Todo lo que sea ahorrar se agradece. 

Os recomiendo la pizza Popeye porque es más sanas que otras pizzas. Las espinacas la hacen ideal para los niños y niñas que no quieren comer verduras. Esta pizza la comen sin reparar en lo que lleva de verde en su composición. Tampoco es tanto. Una pizza, por muchas espinacas que le pongan, no les ponen tantas como a una empanada vegetal, aunque, como os decía, la Popeye tiene una cantidad generosa de espinacas. 

Esta pizza está más sabrosa cuanto más caliente la sirves. No es una pizza de comer fría. Ni siquiera a mi marido le va fría y mira que es de devorar las pizzas frías. Está convencido de que una pizza fría no engorda tanto como una pizza caliente, cosa que no está comprobada científicamente que yo sepa.



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El Melocotón Ready sin azúcares añadidos es un zumo de melocotón que está rico cuando abres el tetrabrik. Su sabor va a peor si lo dejas en el envase para el día siguiente y días sucesivos. Dicen sus fabricantes que aguanta cuatro días, una vez abierto. Mejor es no tenerlo abierto más de tres días. 

Mi suegra lo tiene abierto tres, cuatro y hasta cinco días. Las raciones de 200 ml las hace de 100 ml en su plan de tacañería, bien conocido por toda la familia. Así, un envase pensado para repartir en cinco vasos de 200 ml lo reparte en seis vasos de 100 ml. 

Me gusta el envase. Es un tetrabrik de color granate con una gran imagen de un melocotón cortado en su frontal. Nos indica que no le han añadido azúcar. Ni falta le hace. Con los azúcares propios del melocotón tiene bastante. Bueno, tendría, porque a los azúcares de la fruta hay que sumar una serie de edulcorantes que le añaden. 

Os lo recomiendo. Lo encuentras a vender en muchos supermercados. Yo lo compraba en el Eroski por 56 céntimos. Me lo han subido a 61 céntimos. No entiendo la suba. No es una bebida azucarada como las bebidas que se denominan azucaradas. En el envase pone cero en azúcares. 

Yo lo recomiendo por el sabor. No es tan pesado como los zumos de melocotón que tienen azucares añadidos. Aún así, nunca tomo más de un vasito al día. Lo tomo en el desayuno acompañando a mi pan con mantequilla de todos las mañanas. 

Tiene un contenido del 50% de pulpa de melocotón. Los otros ingredientes son: agua, acidulante, ácido cítrico y antioxidantes. No es muy sano en exceso. Sin excesos es fantástico. Es perfecto para un desayuno o una merienda cuando no tienes tiempo para ponerte a hacer zumos naturales con la licuadora. Sólo tienes que abrir el tapón y verterlo en un vaso.

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